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Micronutrientes para el lupus eritematoso: ¿Qué pueden hacer?
El lupus eritematoso es una enfermedad autoinmune de la piel y el tejido conjuntivo. Las células inmunitarias del propio organismo atacan las estructuras del tejido conjuntivo.
Las causas del lupus no se conocen bien. Los cambios hormonales, determinados medicamentos, el tabaco y ciertas infecciones parecen favorecer la enfermedad.
Los primeros síntomas son falta de concentración, fibrilación, fatiga, inflamación de los ganglios linfáticos y pérdida de peso.
Existen dos formas diferentes de lupus. Lupus eritematoso cutáneo (LEC) se caracteriza principalmente por síntomas cutáneos. Se produce un enrojecimiento en forma de mariposa en la cara. Por eso también se denomina liquen de mariposa.
Sistémico lupus eritematoso sistémico (LES) afecta a todo el organismo. Los riñones, los pulmones y el corazón se ven especialmente afectados.
El lupus se trata principalmente con antiinflamatorios e inmunosupresores.
Los micronutrientes pueden apoyar el tratamiento del lupus.
Ácidos grasos omega-3
Ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio y favorecen la salud cardiovascular. Por tanto, pueden contrarrestar el daño a los vasos sanguíneos en el LES.[1]
Antioxidantes
El estrés oxidativo parece favorecer el LES y aumentar el riesgo de enfermedades secundarias. Las personas con LES también suelen estar insuficientemente provistas de antioxidantes y presentan un aumento de los marcadores de estrés oxidativo.[2]
Por tanto, en el LES es importante asegurar un buen aporte de antioxidantes como vitamina Cvitamina E, zinc y selenio y selenio.
La vitamina D
Las personas con LES son sensibles a la luz y, por tanto, evitan el sol. Por eso tienen un riesgo especialmente alto de deficiencia de vitamina D.
La vitamina D tiene funciones importantes en el sistema inmunitario. También tiene un efecto inmunorregulador y ayuda a frenar las reacciones inflamatorias.
La vitamina D también es importante para los huesos, ya que favorece la absorción del calcio en el intestino.
Pequeños estudios indican que tomar vitamina D en el LES podría aliviar los síntomas y contrarrestar el daño vascular.[3] Sin embargo, se necesita más investigación al respecto.
La vitamina A
La vitamina A es importante para el sistema inmunitario y también tiene un efecto antiinflamatorio. La vitamina A también es necesaria para la formación de nuevas células.
Los pacientes con LES suelen tener niveles bajos de vitamina A. Los estudios sugieren que la vitamina A puede ayudar a equilibrar las células inmunitarias, lo que podría ser útil en las enfermedades autoinmunitarias.[4] La vitamina A se encuentra principalmente en los alimentos de origen animal. Hígado es, con mucho, la mejor fuente de vitamina A.
Conclusión: el lupus suele carecer de nutrientes importantes
Las enfermedades autoinmunes aumentan la necesidad de determinados nutrientes. Éste es también el caso del LES. Un buen aporte de nutrientes antiinflamatorios puede ayudar a mantener bajo control las reacciones inflamatorias.
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[1] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3113385/
[2] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29353100/
[3] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3113385/
[4] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/15693087/

Esclerosis múltiple: estos micronutrientes pueden apoyar el tratamiento
La esclerosis múltiple es una enfermedad autoinmune. Las células inmunitarias atacan las fibras nerviosas y destruyen la vaina de mielina. Se trata de una capa protectora aislante que garantiza la rápida transmisión de las señales. Las células nerviosas de la médula espinal y el cerebro resultan dañadas por la inflamación crónica.
Los síntomas típicos de la esclerosis múltiple son
Trastornos de concentración y memoria
Hormigueo y entumecimiento
Trastornos de la coordinación y marcha inestable
Agotamiento crónico
Calambres musculares
No se conocen bien las causas de la esclerosis múltiple. Ciertas infecciones víricas, la carencia de vitamina D, el tabaquismo, la obesidad y una flora intestinal alterada parecen favorecer la esclerosis múltiple.
El tratamiento consiste principalmente en el uso de antiinflamatorios para controlar las reacciones inflamatorias.
Los micronutrientes pueden apoyar el tratamiento de la esclerosis múltiple.
La vitamina D
La vitamina D tiene un efecto regulador sobre el sistema inmunitario y, por tanto, puede contrarrestar la inflamación. La carencia de vitamina D está asociada a la progresión de la EM: cuanto menor es el aporte de vitamina D, más rápidamente progresa la enfermedad.[1]
Ácidos grasos omega-3
Ácidos grasos omega-3 son útiles para la esclerosis múltiple por varias razones. En primer lugar, tienen un efecto antiinflamatorio y antioxidante. También forman parte de la vaina de mielina y tienen un efecto protector de los nervios.[2]
Antioxidantes: vitamina A, vitamina C, vitamina E, zinc, selenio
Las personas con esclerosis múltiple suelen tener elevados los marcadores de estrés oxidativo. Al mismo tiempo, a menudo no reciben un aporte suficiente de antioxidantes. En particular, las vitaminas liposolubles con efecto antioxidante, como la vitamina A y la vitamina E, son fácilmente deficitarias.
La vitamina Cvitamina E, zinc y selenio son importantes antioxidantes para el organismo. El zinc también tiene funciones importantes en el sistema nervioso. Por ejemplo, es necesario para mantener la vaina de mielina.[3]
Coenzima Q10
Coenzima Q10 tiene importantes funciones en el metabolismo energético. Es necesaria para la producción de energía en las mitocondrias, las centrales eléctricas de nuestras células.[4]
La coenzima Q10 también es un antioxidante, que puede contrarrestar el estrés oxidativo.
Las mitocondrias parecen desempeñar un papel importante en la esclerosis múltiple: A menudo son defectuosas y no funcionan de forma óptima. Esto contribuye a la fatiga. Los niveles de coenzima Q10 suelen ser demasiado bajos en la esclerosis múltiple. Por el contrario, los estudios sugieren que tomar coenzima Q10 podría aliviar los síntomas.
También L-carnitina también es esencial para la función mitocondrial. Los pacientes con esclerosis múltiple suelen tener niveles bajos de L-carnitina. Sin embargo, aquí los datos no son tan buenos como en el caso de la coenzima Q10.
Vitaminas del grupo B
Vitaminas del grupo B también se conocen como vitaminas nerviosas, ya que cumplen muchas funciones importantes en el sistema nervioso. Vitamina B12 por ejemplo, es esencial para el mantenimiento de la mielina.
Las vitaminas B también son necesarias para la descomposición de homocisteína son necesarias. La homocisteína es un producto metabólico tóxico. Si faltan vitaminas del grupo B, aumenta el nivel de homocisteína. La vitamina B6, el ácido fólico (vitamina B9) y la vitamina B12 son especialmente importantes en este caso. La homocisteína favorece la inflamación y puede dañar el sistema nervioso.
En los pacientes con esclerosis múltiple, los niveles de homocisteína suelen ser elevados y el ácido fólico y la vitamina B12 suelen ser deficientes.[5]
Magnesio
Magnesio es importante para los músculos y favorece su relajación. El magnesio también tiene funciones importantes en el metabolismo energético. Los estudios sugieren que el magnesio en combinación con la vitamina D y calcio podría contrarrestar la progresión de la esclerosis múltiple.[6]
Ácido alfa lipoico
El ácido alfa-lipoico es un antioxidante eficaz y también tiene un efecto antiinflamatorio. Además, el ácido alfa-lipoico tiene un efecto protector de los nervios y puede favorecer su regeneración.[7]
En la esclerosis múltiple, el ácido alfa-lipoico puede reducir los marcadores inflamatorios.
Probióticos
Una flora intestinal sana es muy importante para el intestino. Un buen equilibrio entre bacterias "buenas" y dañinas también ayuda a contrarrestar la inflamación. En un pequeño estudio, la ingesta de probióticos en la esclerosis múltiple pudo reducir los niveles de inflamación.[8] Sin embargo, todavía es necesario seguir investigando en este campo.
Conclusión: los antioxidantes son prometedores para la esclerosis múltiple
El estrés oxidativo y la inflamación contribuyen al desarrollo y la progresión de la esclerosis múltiple. Es probable que un buen aporte de nutrientes antiinflamatorios y antioxidantes sea útil en la esclerosis múltiple. Los enfermos también deben asegurarse de tener un aporte adecuado de nutrientes importantes para la función nerviosa.
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[1] https://www.cochranelibrary.com/cdsr/doi/10.1002/14651858.CD008422.pub3/full
[2] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/7860710
[3] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4904428/
[4] https://www.semanticscholar.org/paper/Coenzyme-Q10-in-the-Treatment-of-Mitochondrial-Neergheen-Chalasani/fe646f7790e1beb346019a9219c3a5ffd99d1047?p2df
[5] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4904428/
[6] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/3537648/
[7] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5840773/
[8] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6213508/

¿Qué pueden hacer los micronutrientes por la arteriosclerosis?
La arteriosclerosis (también conocida como aterosclerosis) se caracteriza por el endurecimiento y engrosamiento de los vasos sanguíneos. Coloquialmente, también se denomina endurecimiento de las arterias.
Los depósitos constriñen los vasos que suministran a los órganos sangre rica en oxígeno. Esto estrecha los vasos sanguíneos y un coágulo de sangre puede obstruir o incluso interrumpir por completo el flujo sanguíneo. Como consecuencia, los órganos vitales dejan de recibir oxígeno, lo que puede provocar un infarto de miocardio o un ictus. En el peor de los casos, con consecuencias mortales.
En el tratamiento de la arteriosclerosis se suelen utilizar anticoagulantes. Reducen el riesgo de coágulos sanguíneos. Además, a menudo se prescriben fármacos para reducir el colesterol, ya que un nivel elevado de colesterol se considera un factor de riesgo de arteriosclerosis.
La dieta también desempeña un papel importante en la arteriosclerosis. Los problemas relacionados con la dieta, como la obesidad, la hipertensión y la diabetes, son los principales factores de riesgo de la arteriosclerosis. Tratarlos puede contrarrestar la progresión de la arteriosclerosis.
Los alimentos también aportan muchos nutrientes importantes que intervienen en la arteriosclerosis.
Los micronutrientes también pueden contribuir al tratamiento de la arteriosclerosis.
Ácidos grasos omega-3
Ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio. Como la inflamación puede favorecer la arteriosclerosis, tiene sentido mantenerla bajo control.
Los estudios sugieren que un buen aporte de ácidos grasos omega-3 puede reducir realmente el riesgo de infarto de miocardio.[1]
Magnesio
Magnesio es muy importante para la función nerviosa y muscular. Un buen aporte de magnesio también puede ayudar a regular la tensión arterial.[2] La hipertensión arterial daña los vasos sanguíneos y puede favorecer la arteriosclerosis.
Vitamina K2
Un buen aporte de vitamina K2 es muy importante para la salud vascular. También garantiza que el calcio se absorba de la sangre a los huesos.[3] Un nivel de calcio demasiado elevado puede dañar aún más los vasos sanguíneos.
OPC
El colesterol LDL elevado es especialmente problemático cuando se oxida. Entonces favorece la formación de placas. Proantocianidinas oligoméricas (OPC) se extraen de las semillas de la uva y son antioxidantes muy eficaces. Los estudios indican que la ingesta de OPC podría reducir la oxidación de las LDL.[4]
Zinc, selenio, vitamina C y vitamina E
Además de los OPC, hay otros antioxidantes importantes que son incluso nutrientes esenciales. Esto significa que debemos consumirlos en nuestra dieta.
Entre ellos se incluyen, en primer lugar zinc, selenio, vitamina C y vitamina E.
Vitaminas B
Vitaminas B son necesarias para la descomposición del producto metabólico homocisteína. En este caso, la vitamina B6, el ácido fólico (vitamina B9) y la vitamina B12 son importantes. Si una o varias de estas vitaminas son deficientes, aumenta el nivel de homocisteína. Un nivel elevado de homocisteína daña los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de arteriosclerosis.
Por tanto, en caso de arteriosclerosis, es importante garantizar un buen aporte de vitaminas del grupo B.
Coenzima Q10
Coenzima Q10 desempeña un papel central en la producción de energía. La coenzima Q10 es también un importante antioxidante. La coenzima Q10 también es importante para la salud cardiaca y puede mejorar la capacidad de contracción del corazón.[5]
La coenzima Q10 también es útil cuando se toman estatinas (los llamados fármacos reductores del colesterol). Esto se debe a que la coenzima Q10 puede reducir los efectos secundarios.
Conclusión: Las deficiencias favorecen la arteriosclerosis
Las carencias de ciertos nutrientes pueden favorecer la arteriosclerosis. Las personas con arteriosclerosis o con mayor riesgo de padecerla deben asegurarse de que tienen un buen aporte de estos nutrientes.
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[1] https://jamanetwork.com/journals/jamainternalmedicine/fullarticle/2530286
[2] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3683817/
[3] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/18722618/
[4] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17616006/
[5] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27333901/

Alzheimer: el papel de los nutrientes en el tratamiento
El Alzheimer es la forma más común de demencia. Las células nerviosas mueren y el cerebro se encoge. Esto provoca olvidos, deterioro de la memoria y desorientación. La enfermedad suele empezar después de los 65 años.
La causa del Alzheimer no se conoce con claridad. El estrés oxidativo, una elevada exposición a metales pesados y una niveles de homocisteína parecen favorecer la enfermedad. El estilo de vida también desempeña un papel en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Las personas que tienen una dieta poco saludable y no hacen suficiente ejercicio tienen un mayor riesgo de padecer Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer provoca depósitos de proteínas en el cerebro, conocidos como placas beta-amiloides. Éstas se han considerado durante mucho tiempo la causa del Alzheimer y muchos enfoques terapéuticos se dirigen a reducir estas placas en el cerebro. Sin embargo, datos más recientes ponen en duda esta teoría.[1]
Los inhibidores de la acetilcolinesterasa se utilizan a menudo en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. La acetilcolina es una sustancia mensajera del cerebro importante para la formación de la memoria. La enzima esterasa descompone la acetilcolina. Si se inhibe esta enzima, aumenta la concentración de acetilcolina en el cerebro, lo que puede mejorar el rendimiento de la memoria.
La terapia conductual y la nutrición también desempeñan un papel en el tratamiento del Alzheimer.
Los micronutrientes también pueden contribuir al tratamiento del Alzheimer.
Vitaminas B
Vitaminas B son muy importantes para el funcionamiento de las células nerviosas. También son necesarias para la descomposición del producto metabólico tóxico homocisteína es necesario. En este caso, la vitamina B6, el ácido fólico (vitamina B9) y la vitamina B12 son importantes. Si no recibes un aporte suficiente de estas vitaminas B, aumenta tu nivel de homocisteína.
Un nivel elevado de homocisteína provoca inflamación y estrés oxidativo y favorece la arteriosclerosis. También aumenta el riesgo de enfermedad de Alzheimer.[2]
La suplementación con vitaminas del grupo B es especialmente prometedora en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer. Sobre todo si el aporte de vitaminas B es escaso.
Curcumina
Curcumina es conocida por su efecto antioxidante. En estudios, se ha demostrado que la curcumina mejora la memoria y la atención en personas sanas.[3] Sin embargo, aún no se ha demostrado claramente su eficacia en la enfermedad de Alzheimer.
Vitamina C y vitamina E
Los cerebros de los enfermos de Alzheimer suelen presentar importantes daños oxidativos causados por los radicales libres. Antioxidantes eliminan los radicales libres y protegen contra el estrés oxidativo. La vitamina C y la vitamina E son dos importantes antioxidantes del organismo.[4] Hay pruebas de que una dieta rica en antioxidantes podría proteger contra la enfermedad de Alzheimer.
Selenio
Selenio es un componente de las enzimas antioxidantes. Se sospecha que unos niveles bajos de selenio favorecen la enfermedad de Alzheimer. Sin embargo, aún no se ha demostrado claramente que los enfermos de Alzheimer se beneficien de tomar selenio.[5]
Coenzima Q10
También Coenzima Q10 también es un importante antioxidante. También tiene funciones importantes en el metabolismo energético y es necesaria para la producción de energía en las mitocondrias (las centrales eléctricas de la célula). Los enfermos de Alzheimer suelen tener un nivel de coenzima Q10 demasiado bajo.[6]
La vitamina D
La vitamina D cumple muchas tareas importantes en el organismo que son relevantes para la enfermedad de Alzheimer. Tiene un efecto antiinflamatorio, es importante para la salud vascular y protege las células nerviosas. La carencia de vitamina D se asocia a un deterioro de las capacidades mentales. En la enfermedad de Alzheimer, los pacientes con bajos niveles de vitamina D tienen mayores problemas de memoria que los pacientes con buenos niveles de vitamina D.[7]
La carencia de vitamina D está muy extendida en Alemania, y las personas mayores se ven aún más afectadas que los jóvenes.
Ácidos grasos omega-3
Ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio y son muy importantes para la función de las células nerviosas. Un aporte deficiente del ácido graso omega-3 DHA se asocia a un deterioro de las capacidades mentales. Las personas que comen pescado regularmente y tienen un buen aporte de ácidos grasos omega-3 tienen menos probabilidades de padecer Alzheimer que las personas que no tienen suficientes ácidos grasos omega-3.[8]
Conclusión: los nutrientes pueden proteger las células nerviosas
Las células nerviosas necesitan muchos nutrientes para funcionar de forma óptima. La deficiencia de ciertos nutrientes parece aumentar la susceptibilidad a la enfermedad de Alzheimer. Un buen suministro de nutrientes esenciales y críticos puede posiblemente ayudar a prevenir la enfermedad de Alzheimer. En cualquier caso, tiene sentido evitar una deficiencia de nutrientes esenciales.
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[1] https://www.alzheimer-forschung.de/aktuelles/meldung/aufregung-in-der-alzheimer-forschung-was-ist-dran-an-den-beta-amyloid-faelschungen/
[2] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5836397/
[3] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30084334/
[4] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/11461772/
[5] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5506489/
[6] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19907182/
[7] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29998819/
[8] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30084334/

¿Qué pueden hacer los micronutrientes por la enfermedad inflamatoria intestinal crónica?
Las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas se caracterizan por una inflamación recurrente de los intestinos. Los síntomas típicos son dolor abdominal, flatulencia y diarrea. También son frecuentes el estreñimiento y las heces sanguinolentas.
Esto provoca trastornos digestivos y, a menudo, carencias de nutrientes. Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal crónica también tienen un mayor riesgo de cáncer de intestino.
No se conocen bien las causas de la enfermedad inflamatoria intestinal. La barrera intestinal está alterada, lo que permite que las bacterias del intestino penetren a través de la mucosa intestinal. Esto provoca reacciones inflamatorias.
La colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn son algunas de las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas más frecuentes.
En la colitis ulcerosa, la inflamación afecta al recto. En la enfermedad de Crohn, suele verse afectada la parte entre el intestino delgado y el grueso. A veces también se inflama el resto del tubo digestivo.
En las enfermedades intestinales inflamatorias crónicas, se utilizan medicamentos antiinflamatorios para reducir la inflamación.
En las fases agudas, conocidas como brotes, se utiliza cortisona para suprimir el sistema inmunitario.
Los micronutrientes pueden apoyar el tratamiento y ayudar a mantener la inflamación bajo control. Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal crónica también tienen una mayor necesidad de nutrientes. Esto se debe a que los nutrientes no se absorben tan bien en el intestino debido a la inflamación, lo que puede provocar fácilmente carencias. Por tanto, los afectados deben asegurarse de que tienen un aporte adecuado de nutrientes esenciales.
Vitamina D
La vitamina D inhibe los mensajeros inflamatorios y, por tanto, contrarresta la inflamación.
Por desgracia, la carencia de vitamina D está muy extendida y las personas con enfermedades inflamatorias intestinales crónicas se ven afectadas con especial frecuencia.[1] Por tanto, deben prestar especial atención a un buen aporte de vitamina D.
Probióticos
En las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas, la flora intestinal suele estar alterada. Los investigadores sospechan que la disbiosis intestinal puede causar, o al menos favorecer, las enfermedades inflamatorias intestinales.
Las bacterias beneficiosas pueden desplazar a las bacterias patógenas y proinflamatorias. También pueden reforzar la barrera intestinal y regular el sistema inmunitario.
En Ingesta de probióticos puede, por tanto, contribuir al tratamiento de las enfermedades inflamatorias intestinales crónicas.[2]
Curcumina
La curcumina se obtiene de cúrcuma y es conocida por sus efectos antioxidantes y antiinflamatorios.
Los estudios iniciales sugieren que la curcumina también podría reducir la inflamación en la enfermedad de Crohn.[3]
Vitaminas B
Vitaminas B tienen funciones importantes en el metabolismo energético y son necesarias para la división celular. Por tanto, pueden favorecer los procesos de reparación en el intestino.
Las vitaminas B también son necesarias para descomponer el producto metabólico homocisteína. Los enfermos de Crohn suelen tener niveles elevados de homocisteína.[4]
Antioxidantes
El organismo dispone de muchos mecanismos de defensa contra la inflamación y el estrés oxidativo. Sin embargo, para ello necesita nutrientes antioxidantes. Entre ellos se encuentra principalmente la vitamina A, la vitamina Cla vitamina E, zinc y selenio. Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal crónica no suelen estar bien provistas de estos nutrientes.[5][6]
Ácidos grasos omega-3
Ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio. Por tanto, un buen aporte de ácidos grasos omega-3 es especialmente importante en las enfermedades inflamatorias. Los estudios indican que los ácidos grasos omega-3 también pueden ser útiles en las enfermedades inflamatorias intestinales.[7]
Glutamina
Las células de la mucosa del intestino delgado necesitan mucha glutamina. La falta de glutamina hace que la mucosa intestinal sea permeable a los patógenos, lo que puede aumentar la inflamación.
Por tanto, tomar glutamina puede reforzar la barrera intestinal. En un estudio con pacientes de la enfermedad de Crohn, la glutamina consiguió reducir la permeabilidad intestinal.[8] Colágeno es una buena fuente de glutamina.
Conclusión: los nutrientes pueden contrarrestar la inflamación intestinal
Hay muchos nutrientes que tienen un efecto antiinflamatorio. Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal crónica deben prestar especial atención a un buen aporte de estos nutrientes.
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[1] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4427008/
[2] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/28294322/
[3] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23076948/
[4] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/23591663/
[5] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/12591053/
[6] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27916926/
[7] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26752948/
[8] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22038507/

Prevenir la inflamación de la vejiga con remedios caseros y nutrientes
La cistitis está causada por bacterias en la vejiga. Esto provoca inflamación en la uretra y la vejiga. Las infecciones de vejiga son muy desagradables: la micción es dolorosa y hay problemas para orinar.
El estrés y el frío pueden favorecer las infecciones de vejiga. Las personas con diabetes tienen mayor riesgo de infecciones urinarias. A veces entran bacterias en la vejiga durante procedimientos médicos, lo que puede provocar infecciones. El riesgo existe durante las cistoscopias, la irrigación de la vejiga y las sondas vesicales.
Las infecciones de vejiga afectan con mucha más frecuencia a las mujeres que a los hombres. El riesgo es especialmente alto durante la menopausia y el embarazo.
La cistitis aguda suele tener que tratarse con antibióticos. Sin embargo, el uso frecuente de antibióticos es problemático, ya que afecta negativamente a la flora intestinal y vaginal y fomenta la resistencia a los antibióticos.
Hay algunos micronutrientes y remedios caseros que pueden ayudar a prevenir la cistitis.
Extracto de arándano rojo
Los arándanos contienen unas sustancias vegetales secundarias denominadas proantocianidinas. Éstas impiden que las bacterias se instalen en la mucosa de las vías urinarias.
No se ha demostrado claramente el efecto del extracto de arándano rojo en la cistitis aguda. Sin embargo, hay pruebas fehacientes de que el extracto de arándano rojo puede ayudar a prevenir la cistitis.[1] Por tanto, las personas con infecciones urinarias recurrentes pueden beneficiarse del extracto de arándano rojo.
Vitamina C
La vitamina C es esencial para el sistema inmunitario. Por tanto, también puede ayudar al sistema inmunitario en la lucha contra las bacterias que causan la cistitis.
La vitamina C también es ácida y, por tanto, puede acidificar la orina. Las bacterias no pueden multiplicarse tan bien en un entorno ácido.[2]
La vitamina D
La vitamina D tiene importantes funciones en la defensa inmunitaria. La vitamina D también estimula la producción de moléculas de defensa en la orina, que garantizan que las bacterias no se adhieran tan bien a la pared de la vejiga.
Los estudios han demostrado que las personas con déficit de vitamina D son más propensas a las infecciones de vejiga.[3] En un estudio con pacientes diabéticos, la ingesta de 20.000 UI a la semana consiguió reducir la frecuencia de las infecciones de vejiga.[4]
Zinc
También Zinc también es esencial para el sistema inmunitario. Tiene un efecto antiinflamatorio, favorece la producción de anticuerpos y puede aumentar la actividad de determinadas células inmunitarias.
Las personas con niveles bajos de zinc tienen un mayor riesgo de infecciones de vejiga.[5] Sin embargo, apenas hay estudios sobre la ingesta de zinc para las infecciones urinarias. En un estudio, los niños que tomaron zinc se recuperaron más rápidamente de una infección de vejiga que el grupo de control que no recibió zinc.
Selenio
Un sistema inmunitario que funcione bien requiere suficiente selenio. El selenio tiene un efecto antiinflamatorio e intercepta los radicales libres.
Por desgracia, no hay estudios sobre el selenio para la cistitis, pero hay indicios de que podría ser útil para las infecciones bacterianas.[6]
Aminoácido metionina
Metionina pertenece a la familia aminoácidos esencialesque necesitamos consumir con la comida. Tiene la útil propiedad de acidificar la orina en caso de cistitis. Esto dificulta la multiplicación de las bacterias.
En un estudio, la ingesta de metionina pudo reducir la tasa de recurrencia de la cistitis.[7]
Conclusión: Un sistema inmunitario sano puede prevenir la cistitis
Las infecciones de vejiga están causadas por bacterias. Un sistema inmunitario sano es esencial en la lucha contra las infecciones bacterianas. El sistema inmunitario necesita muchos nutrientes. Si éstos faltan, nos volvemos más susceptibles a las infecciones. Por tanto, toda persona propensa a las infecciones de vejiga debe asegurarse de que tiene un buen suministro de estos nutrientes.
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A LOS PRODUCTOS
[1] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32752183/
[2] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/17611821/
[3] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30814089/
[4] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27357103/
[5] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/31456957/
[6] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4288282/
[7] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/9446004/

Homocisteína elevada: reducir la homocisteína con nutrientes
Un nivel elevado de homocisteína aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares, arteriosclerosis y trombosis. También se sospecha que la homocisteína interviene en el desarrollo de enfermedades demenciales como el Parkinson y el Alzheimer.
La homocisteína es un producto metabólico tóxico que el organismo tiene que descomponer para hacerlo inofensivo.
Un nivel elevado de homocisteína suele deberse a un suministro deficiente de vitaminas B. Esto se debe a que éstas son necesarias para descomponer la homocisteína.
Los problemas renales también pueden provocar un nivel elevado de homocisteína, ya que ésta no puede excretarse bien por los riñones si la función renal está deteriorada.
Algunos medicamentos, como la L-Dopa para el Parkinson, los antiepilépticos y los fármacos para reducir el colesterol, también pueden aumentar los niveles de homocisteína.
Los siguientes nutrientes pueden ayudar a reducir los niveles de homocisteína:
Vitaminas B
Para desintoxicar la homocisteína, el organismo necesita vitaminas B. Si hay una carencia de estas vitaminas B, aumentan los niveles de homocisteína. La vitamina B6, el ácido fólico (vitamina B9) y la vitamina B6 son especialmente importantes en este caso. vitamina B12.
Vitamina B6 es necesaria para la conversión de la homocisteína en cisteína.
El ácido fólico favorece la regeneración de la enzima responsable de la descomposición de la homocisteína.
Con la ayuda de vitamina B12 la homocisteína se convierte en el aminoácido metionina.
Está bien documentado que las vitaminas B pueden reducir los niveles de homocisteína. Sin embargo, los beneficios para la salud no están tan bien documentados.
Sin embargo, los estudios iniciales muestran que tomar ácido fólico y vitamina B6 puede reducir el riesgo de ictus.1
En algunos estudios, las vitaminas B pudieron reducir el riesgo de daños nerviosos en la diabetes.2
Colina y betaína
La colina y la betaína apoyan la función de las vitaminas B. Proporcionan grupos metilo necesarios para la conversión de la homocisteína en metionina. Un buen aporte de colina y betaína se asocia a un nivel bajo de homocisteína.
En un estudio, la colina en forma de fosfatidilcolina pudo reducir los niveles de homocisteína.3
Se obtuvieron resultados similares con la betaína.4
Como la colina y la betaína colaboran tan estrechamente con las vitaminas B, muchos complejos vitamínicos B contienen también colina y betaína, además de vitaminas B.
Ácidos grasos omega-3
Ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio y vasoprotector. Pero eso no es todo. También pueden reducir los niveles de homocisteína.5 El mecanismo no se conoce del todo, pero los científicos sospechan que los ácidos grasos omega-3 tienen un efecto positivo sobre el metabolismo de la metionina.
Conclusión: demasiada homocisteína es peligrosa
La homocisteína es un producto metabólico que no es problemático en cantidades normales. Sin embargo, un nivel elevado de homocisteína es peligroso y aumenta el riesgo de muchas enfermedades. Las vitaminas B y otros nutrientes tienen funciones críticas en el metabolismo de la homocisteína.
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1 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32503038/
2 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20937919/
3 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/16002808/
4 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33764214/
5 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/26420180/

Neurodermatitis: ¿Qué pueden hacer los micronutrientes?
La neurodermatitis se caracteriza por un eczema: La piel se inflama y aparecen erupciones.
Los factores externos e internos parecen desempeñar un papel en el desarrollo de la dermatitis atópica. Los contaminantes, las alergias, el estrés y una dieta poco saludable pueden hacer que el sistema inmunitario reaccione de forma exagerada, dando lugar a reacciones inflamatorias de la piel.
Los cambios hormonales, el estrés, el clima, los alérgenos, las infecciones y un intestino poco sano son factores que pueden favorecer la dermatitis atópica.
En el tratamiento de la dermatitis atópica se utilizan medicamentos antiinflamatorios, como los preparados de cortisona, la ciclosporina y los inhibidores de la calcineurina.
Los micronutrientes pueden contribuir al tratamiento de la dermatitis atópica.
Zinc
Zinc es extremadamente importante para una piel sana. Favorece la cicatrización de las heridas y la renovación de la piel. También tiene un efecto antiinflamatorio y antibacteriano, por lo que favorece la defensa contra los agentes patógenos.
Por tanto, no es sorprendente que la carencia de zinc pueda favorecer las enfermedades cutáneas. Un aporte deficiente de zinc también se asocia al desarrollo de neurodermatitis.
En un estudio, la ingesta de zinc mejoró significativamente el estado de la piel de los pacientes con neurodermatitis.1
Ácidos grasos omega-3
Ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio. Los ácidos grasos omega-3 faltan en la dieta de la inmensa mayoría de las personas.
Por desgracia, aún no se ha investigado mucho sobre los ácidos grasos omega-3 para la dermatitis atópica. Sin embargo, en un pequeño estudio, la ingesta de ácidos grasos omega-3 consiguió aliviar los síntomas del eczema.2
Vitamina D
Las personas con deficiencia de vitamina D tienen un mayor riesgo de dermatitis atópica. La dermatitis atópica también es menos frecuente en países con mucho sol. La carencia de vitamina D es muy frecuente en Alemania. Según un estudio del Instituto Robert Koch, más de la mitad de los alemanes no tienen un aporte adecuado de vitamina D.
La vitamina D tiene un efecto inmunorregulador y, por tanto, puede contrarrestar la inflamación. Para muchos pacientes de neurodermatitis, los síntomas son más pronunciados en invierno que en verano. Esto es un indicio más de que el suministro de vitamina D podría desempeñar un papel en la dermatitis atópica.
En un estudio sobre niños con dermatitis atópica, los síntomas disminuyeron significativamente tras un mes de ingesta de vitamina D.34
Antioxidantes
La inflamación causada por la dermatitis atópica favorece la formación de radicales libres, que causan estrés oxidativo. A su vez, el estrés oxidativo puede aumentar la inflamación.
Los pacientes con dermatitis atópica no suelen estar bien provistos de nutrientes antioxidantes. Además, los marcadores del estrés oxidativo suelen estar elevados.
La vitamina E ayuda a reducir los anticuerpos de inmunoglobulina E (IgE). Los niveles elevados de IgE favorecen las alergias y también parecen desempeñar un papel en el desarrollo de la dermatitis atópica. En un pequeño estudio, la ingesta de vitamina E pudo aliviar los síntomas de la dermatitis atópica y mejorar la calidad de vida.5
El aporte de vitamina C se correlaciona con la gravedad de la dermatitis atópica.6
Selenio es un componente de muchas enzimas antioxidantes. Los estudios iniciales sugieren que tomar selenio puede aliviar los síntomas de la dermatitis atópica.7 Alemania se considera una zona deficitaria en selenio y la carencia está muy extendida.
Curcumina
La curcumina se obtiene de cúrcuma y también tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Hay pruebas de que la curcumina puede tener un efecto positivo en la salud de la piel.8
Conclusión: los micronutrientes desempeñan un papel importante en la dermatitis atópica
La dermatitis atópica provoca un aumento de las reacciones inflamatorias. Los pacientes con dermatitis atópica no suelen estar bien provistos de nutrientes antiinflamatorios y antioxidantes. Los afectados deben asegurarse de que tienen un buen aporte de estos nutrientes críticos.
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1 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/24473704/
2 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25282565/
3 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25282565/
4 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22395583/
5 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/25282565/
6 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27478546/
7 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/20503922/
8 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6770633/

Endometriosis: ¿Qué papel desempeñan los nutrientes y la dieta?
En la endometriosis, las células del revestimiento uterino también crecen fuera del útero, por ejemplo en los ovarios, el intestino y la vejiga. La endometriosis se asocia a fuertes dolores menstruales y puede afectar a la fertilidad.
No se conoce claramente la causa de la endometriosis. La predisposición genética parece desempeñar un papel. Los científicos sospechan que los cambios hormonales y las toxinas ambientales también pueden favorecer la endometriosis. La dieta también es importante en la endometriosis. Las mujeres con endometriosis suelen carecer de nutrientes esenciales, lo que se sospecha que favorece la endometriosis.
El tratamiento de la endometriosis se centra principalmente en aliviar los síntomas. A menudo se utilizan medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación. También se utilizan hormonas en el tratamiento de la endometriosis, como los progestágenos. Tomar la píldora anticonceptiva también puede aliviar los síntomas de la endometriosis. En casos extremos, los focos de endometriosis pueden extirparse quirúrgicamente.
Los siguientes nutrientes son prometedores para la endometriosis:
Omega-3
La inflamación parece causar al menos parte del dolor en la endometriosis. Ácidos grasos omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio y, por tanto, pueden contrarrestar el dolor inflamatorio.
Un aporte deficiente de ácidos grasos omega-3 se asocia a un mayor riesgo de endometriosis.1
Vitamina C y E
La endometriosis está asociada al estrés oxidativo y a la inflamación. Por un lado, éstas son causadas por la endometriosis. Sin embargo, también hay pruebas de que los radicales libres y la inflamación pueden impulsar la enfermedad y empeorarla.
En un estudio a gran escala, una ingesta baja de vitaminas antioxidantes como la vitamina C y E se asoció a un mayor riesgo de endometriosis. Por el contrario, en un pequeño estudio con pacientes de endometriosis, el dolor crónico disminuyó y el estrés oxidativo se redujo tras tomar vitaminas C y E.2 Sin embargo, es necesario seguir investigando en este campo.
Vitaminas del grupo B
Las mujeres con endometriosis suelen tener un nivel elevado de homocisteína. La homocisteína es un producto metabólico tóxico que el organismo tiene que desintoxicar. Para ello necesita vitaminas del grupo Bespecialmente vitamina B6, ácido fólico (vitamina B9) y vitamina B12.3 Un nivel demasiado alto de homocisteína suele deberse a un aporte inadecuado de una o varias de estas vitaminas B. Un exceso de homocisteína daña todo el organismo y aumenta el riesgo de muchas enfermedades, como las cardiovasculares, la demencia y la depresión.
Por tanto, las mujeres con endometriosis deben controlar sus niveles de homocisteína y asegurarse de que tienen un buen aporte de vitaminas B.
La vitamina D
La vitamina D no sólo es importante para la salud ósea. También tiene funciones importantes en el sistema inmunitario y ayuda a regular la inflamación. Los órganos reproductores tienen muchos receptores de vitamina D y un buen aporte de vitamina D favorece el equilibrio hormonal.
La situación de la investigación aquí no está del todo clara, pero la falta de vitamina D parece aumentar el riesgo de endometriosis.4 En un estudio, la gravedad del dolor menstrual disminuyó significativamente tras tomar vitamina D durante 8 semanas.5
Curcumina
La curcumina se obtiene de cúrcuma y es conocida por sus efectos antiinflamatorios y antioxidantes. Sin embargo, la curcumina también parece tener otros efectos en la endometriosis. Al menos en animales, la curcumina puede inhibir el crecimiento del revestimiento uterino y, por tanto, contener presumiblemente los centros de la endometriosis.6 Sin embargo, se necesitan más investigaciones para demostrar si esto también ocurre en los seres humanos.
Conclusión: a menudo se descuidan nutrientes importantes en la endometriosis
La endometriosis está asociada al estrés oxidativo y a la inflamación. Por un lado, éstos son causados por la enfermedad, pero también parecen poder exacerbar la endometriosis. Por eso es importante un buen aporte de nutrientes antiinflamatorios. En las mujeres con endometriosis, suelen faltar nutrientes antiinflamatorios esenciales como la vitamina D, los ácidos grasos omega-3, la vitamina C y la vitamina E. Por tanto, las afectadas deben asegurarse de tener un buen aporte de estos nutrientes.
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1 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/22562031/
2 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/34122682/
3 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/33992189/
4 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/27809683/
5 https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5189720/
6 https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/32244563/