La enfermedad de Graves es un trastorno tiroideo autoinmune. Los propios anticuerpos del organismo se dirigen contra el tejido tiroideo, lo que provoca hipertiroidismo.
No se conocen bien las causas de la enfermedad de Graves. El embarazo, el tabaco, el estrés y las infecciones víricas se consideran posibles desencadenantes. Probablemente también influye la predisposición genética.
La glándula tiroides regula el metabolismo energético. En caso de hipertiroidismo, el metabolismo energético funciona a toda velocidad.La enfermedad de Graves se manifiesta con los siguientes síntomas:
- Trastornos del sueño
- nerviosismo
- Sudoración ligera e intolerancia al calor
- Pérdida de peso
- Palpitaciones, hipertensión y arritmia cardiaca
- Manos temblorosas
- En las mujeres: trastornos del ciclo menstrual, en los hombres: impotencia
- Cambios de humor
- pérdida de cabello
Muchos afectados también experimentan una protrusión visible de los ojos. Esto se debe a la inflamación de la cuenca ocular y a cambios en el tejido conjuntivo del ojo.
También puede producirse un agrandamiento de la glándula tiroides. Esto se denomina bocio o bocio. Esto provoca una sensación de presión y opresión en la garganta al tragar y respirar.
La enfermedad de Graves se trata tradicionalmente con medicamentos que inhiben la producción de hormonas tiroideas. Son los llamados fármacos tireostáticos. El hipertiroidismo suele remitir cuando se interrumpe la medicación.
Si los fármacos tireostáticos no ayudan a largo plazo, se suele llevar a cabo una terapia con yodo radiactivo. El yodo radiactivo destruye el tejido tiroideo, lo que reduce la producción de hormonas tiroideas. Sin embargo, existe el riesgo de pasar del hipertiroidismo al hipotiroidismo.
Los micronutrientes pueden apoyar el tratamiento de la enfermedad de Graves.
Selenio
Selenio es importante para la función tiroidea, ya que es un componente de las enzimas necesarias para la formación de las hormonas tiroideas. El selenio también ayuda a reducir el estrés oxidativo en la glándula tiroides. Esto se debe a que las enzimas antioxidantes que combaten los radicales libres y contrarrestan el estrés oxidativo contienen selenio.
Los pacientes con enfermedad de Graves no suelen tener un aporte suficiente de selenio. Los estudios iniciales sugieren que el selenio podría reducir la concentración de anticuerpos contra el tejido tiroideo en la enfermedad de Graves y mejorar la calidad de vida.[1]
La vitamina D
La vitamina D tiene un efecto regulador sobre el sistema inmunitario y contrarresta la inflamación. Las personas con enfermedad de Graves se ven afectadas con más frecuencia por la carencia de vitamina D que las personas sanas. La carencia de vitamina D también es un factor de riesgo para la enfermedad de Graves y otras enfermedades autoinmunes.[2]
En un pequeño estudio, los anticuerpos dirigidos contra la glándula tiroides disminuyeron tras tomar vitamina D. Sin embargo, esto debe confirmarse en otros estudios. Sin embargo, esto debe confirmarse en más estudios.
Antioxidantes
Las personas con hipotiroidismo experimentan un mayor estrés oxidativo en la glándula tiroides. Esto también se refleja en la sangre: debido a la mayor necesidad de antioxidantes, se reducen los niveles de antioxidantes como la coenzima Q10 y la vitamina E.[3]
Por tanto, los pacientes con enfermedad de Graves deben prestar especial atención a un buen aporte de antioxidantes.
Los antioxidantes más importantes del organismo son
- Zinc
- La vitamina E
- Vitamina C
- selenio
- Coenzima Q10
Sustancias vegetales secundarias como curcumina y OPC tienen un efecto antioxidante y pueden contrarrestar el estrés oxidativo.[4]
En un pequeño estudio, una mezcla antioxidante de manganeso, zinc, cobre, Seleniobetacaroteno, vitamina C y vitamina E reducen el estrés oxidativo en la enfermedad de Graves.[5]
Conclusión: No deben faltar nutrientes esenciales en la enfermedad de Graves.
La carencia de determinados nutrientes parece favorecer el desarrollo de la enfermedad de Graves. Los afectados también tienen una mayor necesidad de antioxidantes, que suelen escasear. Las personas con enfermedad de Graves deben asegurarse de que tienen un buen suministro de estos nutrientes.
[1] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC7033064/
[2] https://www.endocrine-abstracts.org/ea/0044/ea0044p257
[3] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/10598831/